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pero ahora no tenemos apetito. Nada hay para nuestros ojos excepto este maná(A)». Y el maná era como una semilla de cilantro(B), y su aspecto como el del bedelio(C). El pueblo iba, lo recogía y lo molía entre dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite.

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